El Panteísmo puede ser “físicamente redescubierto”. Fue conocido, visto y sentido por toda la antigüedad. El Panteísmo se manifiesta en la vasta extensión de los estrellados cielos, en la respiración de los mares y océanos, y en el hálito de vida de la hierbecilla más diminuta. La Filosofía rechaza un Dios finito e imperfecto en el Universo, la deidad antropomórficadel monoteísta, tal como la representan sus adoradores. Repudia, en virtud de su nombre de Filo–teosofía, la idea grotesca de que la Deidad Infinita, Absoluta, tenga, o mejor dicho, pueda tener relación alguna directa o indirecta con las evoluciones finitas ilusorias de la Materia, y por consiguiente, no puede imaginar un universo fuera de aquella Deidad, o la ausencia de la misma de la más diminuta partícula de la Substancia animada o inanimada. No significa esto que cada rama, árbol o piedra, sea Dios o un Dios; sino que cada partícula del material manifestado del Kosmos pertenece a Dios y es la Substancia de Dios, por muy baja que pueda haber caído en su rotación cíclica a través de las Eternidades de lo Siempre Viniendo a Ser; y también que cada punto de éstos individualmente, y el Kosmos colectivamente, es un aspecto y un recordatorio de aquella Alma universal Una, que la Filosofía se niega a llamar Dios, limitando así la Raíz y Esencia eterna siempre presente."
En el Buddhismo esotérico del Norte, y hasta en el exotérico,
Âdi–Buddha (Chogi Dangpoi Sangye), el Uno Desconocido, sin principio ni fin, idéntico a Parabrahman y a Ain Soph, emite un Rayo brillante desde sus Tinieblas. Éste es el Logos, el Primero, o Vajradhara, el Buddha Supremo, llamado también Dorjechang. Como el Señor de todos los Misterios no puede manifestarse, sino que envía al mundo de la manifestación su Corazón, “el Corazón Diamante”. Vajrasattva o Dorjesempa, éste es el Segundo Logos de la Creación, del cual emanan los siete Dhyâni–Buddhas –cinco exotéricamente llamados los Anupâdaka, los “Sin Padres”. Estos Buddhas son las Mónadas primordiales del Mundo del Ser Incorpóreo, el Mundo Arûpa, en donde las Inteligencias (sólo en aquel plano) no tienen ni forma ni nombre, en el sistema exotérico, pero tienen en la Filosofía Esotérica sus siete nombres distintos. Estos Dhyâni–Buddhas emanan o crean de sí mismos, por virtud de Dhyâna, Egos celestiales – los Bodhisattyas superhumanos. Éstos, encarnando al principio de cada ciclo humano sobre la Tierra, como hombres mortales, se convierten a veces, debido a su mérito personal, en Bodhisattvas entre los Hijos de la Humanidad, después de lo cual pueden reaparecer como Mânushi o Buddhas humanos"
Doctrina Secreta
H.P. Blavatsky
Âdi–Buddha (Chogi Dangpoi Sangye), el Uno Desconocido, sin principio ni fin, idéntico a Parabrahman y a Ain Soph, emite un Rayo brillante desde sus Tinieblas. Éste es el Logos, el Primero, o Vajradhara, el Buddha Supremo, llamado también Dorjechang. Como el Señor de todos los Misterios no puede manifestarse, sino que envía al mundo de la manifestación su Corazón, “el Corazón Diamante”. Vajrasattva o Dorjesempa, éste es el Segundo Logos de la Creación, del cual emanan los siete Dhyâni–Buddhas –cinco exotéricamente llamados los Anupâdaka, los “Sin Padres”. Estos Buddhas son las Mónadas primordiales del Mundo del Ser Incorpóreo, el Mundo Arûpa, en donde las Inteligencias (sólo en aquel plano) no tienen ni forma ni nombre, en el sistema exotérico, pero tienen en la Filosofía Esotérica sus siete nombres distintos. Estos Dhyâni–Buddhas emanan o crean de sí mismos, por virtud de Dhyâna, Egos celestiales – los Bodhisattyas superhumanos. Éstos, encarnando al principio de cada ciclo humano sobre la Tierra, como hombres mortales, se convierten a veces, debido a su mérito personal, en Bodhisattvas entre los Hijos de la Humanidad, después de lo cual pueden reaparecer como Mânushi o Buddhas humanos"
Doctrina Secreta
H.P. Blavatsky
No hay comentarios:
Publicar un comentario