Nuestros Salvadores y Prometeo


Nuestros   Salvadores,   los   Agnishvâtta   y   otros   “Hijos divinos   de   la   Llama   de  la Sabiduría”, personificados   por   los   griegos   en   Prometeo, bien pueden quedar desconocidos  y,  sin que  se  les  dé  las  gracias,  en  la  injusticia  del  corazón  humano.  En nuestra ignorancia  de  la  verdad,  pueden  ser  indirectamente  maldecidos  por   el   don   de Pandora;  pero  verse  proclamados  y  declarados  DEMONIOS  por   boca   del  clero  es  un Karma  demasiado  pesado  para   “Aquel”  que,   cuando   Zeus   “deseó   ardientemente”extinguir toda  la  raza  humana,  “se atrevió  él  solo”  a  salvar  a  la  “raza  mortal”  de   la perdición, o, como se hace decir al Titán que sufre: Para que no se hundieran, arrebatados al tenebroso Hades. Por esto, terribles torturas me oprimen. Cruel sacrificio, que a lástima mueve. Yo que a los mortales compadecí...
El coro observa muy pertinentemente: ¡Gran beneficio fue el que a los mortales otorgaste! Prometeo contesta : Sí, y además les di el fuego. CORO: ¿Con que el fuego llameante esos seres efímeros poseen? PROM.: Sí, y por él muchas artes con perfección aprenderán..

Pero con las artes, el “fuego” recibido se ha convertido en la mayor de  las  maldiciones; el elemento animal y la conciencia de su posesión han cambiado el  instinto  periódico  en animalismo  y  sensualidad  crónica.  Esto  es  lo  que  amenaza  a  la  humanidad   como pesado  manto  funerario.  Así  surge  la  responsabilidad  del  libre  albedrío; las  pasiones Titánicas que representan a la humanidad en su aspecto más sombrío: La insaciabilidad constante de  las  pasiones  y  deseos  inferiores que, con cínica insolencia, desafían las trabas de la ley. Habiendo  Prometeo  dotado  al  hombre,  según  el  Protágoras de  Platón,  con  aquella “sabiduría  que  suministra  el  bienestar  físico”,  y  no  habiendo  cambiado  el  aspecto inferior del  Manas  del  animal (Kâma),  en  lugar  de  “una  mente  inmaculada,  primer  don del  cielo”,  creóse  el  eterno  buitre   del   deseo   jamás   satisfecho,  del   pesar   y   de  la desesperación, acoplado a la “debilidad soñolienta que encadena  a  la  raza  ciega  de  los mortales” [556],   hasta    el   día   en   que   Prometeo   sea   puesto   en   libertad  por su libertador, destinado por el cielo, Heracles. Ahora  bien;  los  cristianos,  especialmente  los  católicos  romanos,   han   tratado   de relacionar proféticamente este  drama  con  el  advenimiento  de  Cristo.  No  se  podía cometer error mayor.  El  verdadero  teósofo,  el  que   busca   la  Sabiduría  Divina  y  rinde culto  a  la  Perfección absoluta –la  Deidad  Desconocida,  que  no  es  Zeus  ni  Jehovah–, rechazará tal idea. Señalando a la antigüedad, probará que jamás ha habido  un  pecado original,  sino  sólo  un   abuso  de  la  inteligencia física siendo  guiado  lo  psíquico  por  lo Animal, y extinguiendo entre ambos la luz de lo Espiritual. Dirá él, pues: ¡Todos los  que podáis leer  entre  líneas, estudiad  la  Antigua  Sabiduría  en  los  viejos  dramas,  indos  y griegos; leed  con  atención el  “Prometeo  Encadenado”,  representando  en  los  teatros  de Atenas hace 2.400  años!  El  mito  no  pertenece  a  Hesiodo  ni  a  Esquilo; sino que,  como Bunsen dice, “es más antiguo que los mismos helenos”, pues verdaderamente pertenece a la aurora de la conciencia humana. El Titán crucificado es  el símbolo personificado  del Logos colectivo, la “Hueste”, y de los “Señores de la Sabiduría” o el  HOMBRE  CELESTE, que encarnó  en  la  Humanidad.  Además,  según  demuestra  su  nombre (Pro–me–theus,“el que  va  ante  él”  o  el  futuro) 985,  en  lo  que   él  ideó  y  enseñó  a  la  humanidad,  la penetración psicológica  no  era   lo  de  menos.  Pues  según  sus  quejas  a  las  hijas  del Océano: De modos diversos determiné las profecías [492] 


H.P.Blavatsky
Doctrina Secreta

El drama de Prometeo

Mito de Prometeo encadenado - Red Historia

En  el  caso   de   Prometeo,   Zeus representa  a  la  Hueste  de  los  Progenitores Primarios,  los  PITRIS,  los  “Padres”  que crearon   al   hombre sin   entendimiento   y  sin   mente;   al    paso    que    el   Divino   Titán representa  a  los  Creadores  Espirituales,  los  Devas  que  “cayeron”  en  la   generación.   Los primeros   son  inferiores espiritualmente,   pero   más   fuertes   físicamente que   los“Prometeos”;  y,  por  tanto,  estos  últimos  aparecen vencidos. “La Hueste inferior, cuya obra destruyó el Titán, echando así por tierra los planes de Zeus”, estaba en  esta Tierra en su  propia  esfera   y   plano   de   acción;   mientras   que   la   Hueste   superior   estaba desterrada del Cielo, y se encontró cogido en las redes  de  la  Materia.  Los  de  la  Hueste inferior eran dueños  de  todas  las  Fuerzas  Titánicas  inferiores  y  Cósmicas;  los  Titanes superiores  sólo  poseían  el  Fuego  intelectual  y  espiritual.  Este  drama  de  la  lucha  de Prometeo con  el  Zeus  sensual,  déspota  y  tirano  del  Olimpo,  lo  vemos  representado diariamente  en  nuestra  presente  humanidad;   las  pasiones   inferiores encadenan   las aspiraciones superiores a la roca de la Materia, para generar muchas  veces  el  buitre  del dolor, del pesar y del arrepentimiento. En todos estos casos se vuelve a ver de nuevo. Un dios... encadenado, presa de la angustia; El enemigo de Zeus, odiado por todos, un Dios, que ni aun tiene aquel supremo consuelo  de  Prometeo,  que  sufría  por  propio sacrificio Porque a los hombres amaba demasiado; pues  el  Titán  divino  es  impulsado  por  el  altruismo,  y  el  hombre  mortal  por  el  propio interés y el egoísmo en todas las ocasiones. El moderno Prometeo  se  ha  convertido  ahora  en  Epi–meteo  “el que  ve  sólo  después del  suceso”;  porque  la  filantropía  universal  del  primero  ha  degenerado  hace  mucho tiempo en interés y adoración propios. El hombre volverá a ser el  Titán libre  de  antaño; pero  no  antes  de  que  la  evolución  cíclica haya  vuelto  a  establecer  la  interrumpida armonía  entre  las  dos  naturalezas,  la  terrestre  y  la  divina;  después   de  lo  cual  se  hará impenetrable  a  las  Fuerzas  Titánicas   inferiores, invulnerable  en   su   Personalidad  e inmortal en su Individualidad. Pero esto no sucederá sino cuando haya eliminado de  su naturaleza, todo elemento  animalCuando  el  hombre  comprenda  que  “Deus non fecit mortem” , sino que  el  hombre  mismo  la  ha   creado,  volverá  a  ser  el  Prometeo  de antes de su Caída.


Prometeo encadenado | maestroviejo
Doctrina Secreta- H.P.Blavatsky

¿Existe el mal en el mundo?



¿Existe el mal en el mundo? Por supuesto, existe. Pero ¿quién lo creó? La respuesta es el hombre.

El mal en el mundo aparece ahora en la forma de:

  • Codicia
  • Explotación
  • Odio
  • Totalitarismo
  • Contaminación
  • Enfermedades
  • Separatismo
  • Ignorancia
  • Egoísmo
  • Vanidad
  • Miedo
  • Y todos esos pensamientos, emociones y acciones relacionados con los elementos anteriores
Por supuesto que el mal existe, porque nosotros lo hemos creado. Por supuesto, el bien también existe porque algunos de nosotros lo hemos creado.

Recién estamos descubriendo que es a través de la bondad que podemos disfrutar toda la creación. Con el mal destruimos la creación, y también a nosotros mismos. Por lo tanto, el mal no está en favor de la supervivencia; el bien sí. 

¿Cómo nos desharemos del mal? Enseñando a la humanidad a deshacerse de los malos
  • Pensamientos
  • Emociones
  • Acciones
Vivir la vida para el beneficio de todo lo que existe es el bien más elevado



Torkom Saraydarian
Combatiendo fuerzas oscuras- fragmento

La materia es el mal o son nuestros apegos e ilusiones?

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La idea según la cual: la materia y sus manifestaciones Proteicas son la fuente y el origen del mal y del dolor universal, es muy antigua, aunque Gautama Buda fue el primero en brindarle su expresión definida. Sin embargo, el reformador indo, ¡seguramente nunca se propuso de convertirla en el asidero al cual el pesimista moderno pudiese aferrarse, ni en un clavo al que el materialista pudiera colgarle sus doctrinas tergiversadas y deletéreas! El Sabio y Filósofo, que se sacrificó por la Humanidad, viviendo por ella a fin de salvarla, enseñando a las personas a ver en la existencia sensual de la materia, únicamente la miseria, nunca pensó, en su profunda mente filosófica, en ofrecer una recompensa por el suicidio. Sus esfuerzos consistían en liberar a la humanidad del vínculo demasiado fuerte hacia la vida, que es la causa principal del Egoísmo y por ende, el creador del dolor y del sufrimiento recíproco. En su caso personal, Buda nos ha dejado un ejemplo de fortaleza a seguir: vivir la vida sin huir de ella. Su doctrina muestra el mal inmanente, no en la materia, que es eterna, sino en las ilusiones que crea a través de los cambios y transformaciones de la materia generadora de vida, porque estos cambios son condicionados y esta existencia es efímera. Al mismo tiempo: según consta, estos males no sólo son inevitables, sino necesarios; ya que, si queremos discernir el bien del mal, la luz de las tinieblas, apreciando la primera, esto es posible únicamente por medio del contraste entre los dos. Aunque el significado literal de la filosofía de Buda indica sólo el lado oscuro de las cosas en este plano ilusorio, su esoterismo, su alma oculta, descorre el velo revelando al Arhat las glorias completas de la Vida Eterna en toda la Homogeneidad de la Conciencia y del Ser. Indudablemente, para la ciencia materialista y aún para el idealismo moderno, ésta es otro absurdo, mientras que es un hecho para el Sabio y el Panteista esotérico.  

Sin embargo, la idea raíz según la cual: el mal nace y es engendrado por las complicaciones siempre crecientes del material homogéneo que entra en la forma, diferenciándose más y más tan pronto como ésta adquiere un aspecto físico más perfecto, tiene un lado esotérico acerca del cual el pesimista moderno nunca parece estar consciente. Sin embargo, toda nación antigua pensante especuló sobre su aspecto literal. Aún en la India, el Sectarismo ha tergiversado el pensamiento primitivo yacente en la fórmula que acabamos de mencionar, conduciendo así a las observancias ritualísticas y puramente dogmáticas de los Hatha Yoguis, la antitesis del Raja Yoga filosófico Vedántico. La especulación pagana y cristiana y hasta el ascetismo monástico medieval, han extraído todo lo que pudieron de la original y noble idea, subordinándola a sus opiniones estrechas y sectarias. Sus falsos conceptos han conducido a los cristianos, desde sus albores, a identificar a la mujer con el Mal y la materia, no obstante el culto que la Iglesia Católico Romana rinde a la Virgen.

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H.P.  Blavatsky


La relación de los astros con los hombres

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Más  adelante  demuestra  Paracelso  que  en  el  hombre  late   una “fuerza sidérea” emanada  de  los  astros,  que   constituye  su  forma  astral.   Esta   fuerza   sidérea,  que pudiéramos llamar espíritu de la materia cometaria, permanece directamente relacionada  con  los  astros   de   que   procede   y   así   quedan   los  hombres   en   mutua atracción  magnética.  Considera  también  Paracelso,  que  el  cuerpo  humano  tiene   la misma  composición  química  que  la  tierra  y  los  demás  astros,  y  dice  así:  “El cuerpo procede de los elementos y el alma de los astros...De los elementos saca  el  hombre  en comida  y  bebida  lo  necesario para  sustentar  su  carne  y  sangre;  pero  de  las  estrellas  le viene  el  sustento  de  la  mente  y  pensamientos  de   su  alma”.  Vemos  corroboradas  hoy estas afirmaciones  de  Paracelso,  por  cuanto  el  espectroscopio  demuestra  la  identidad química, entre el cuerpo humano y el sistema  planetario, y  los  físicos  enseñan desde  la cátedra la magnética atracción del sol y de los planetas.

También expuso Paracelso, y a los fisiólogos toca comprobarlo, que  el cuerpo  no sólo se alimenta por medio del estómago, “sino también, aunque imperceptiblemente, de  la natural fuerza magnética de  que  cada  individuo  extrae  su nutrición  específica...; pues de  los  elementos  en  equilibrio  atrae  el  hombre  la  salud  y   de   los   perturbados  la enfermedad”.  La  ciencia  admite  que  los  organismos vivientes  están  sujetos  a  leyes  de afinidad química,  y  la  propiedad  más  notable  de   los   tejidos   orgánicos,  según  los fisiólogos,  es  la   absorción. Por  lo  tanto, nada  de   extraño  tiene   la   afirmación  de Paracelso  de  que  el  cuerpo  humano, a  causa  de  su  naturaleza  química  y  magnética, absorbe  las  influencias siderales.  ¿Qué  puede  objetar  la  ciencia  a  la  afirmación  de  que los astros nos atraen y a nuestra vez los atraemos? Así lo prueba  el  descubrimiento  del barón de Reichenbach, de que las emanaciones ódicas del hombre son idénticas a  las  de los minerales y vegetales. Paracelso afirmó la unidad constitutiva  del  universo, al decir, que “el cuerpo humano contiene materia cósmica”, pues el espectroscopio no  sólo  ha  demostrado  la  existencia en el sol  y  demás  estrellas,  fijas  de  los  mismos  elementos  químicos  dé  la  tierra,  sino también  que  cada  estrella es un sol  de  constitución  similar al  nuestro. Según Mayer, las condiciones magnéticas de la tierra  dependen  de  las  variaciones  que sufre la superficie solar a cuyas emanaciones está sujeta, por lo que  si  las  estrellas  son  soles, ambién han de influir proporcionalmente en la tierra.

Van  Helmont,  discípulo  de   Paracelso,  repite  en  gran parte   los   conceptos   de  su maestro,  aunque  expone  más  acabadamente  las  teorías  del  magnetismo  y  atribuye  el magnale magnum  o  propiedad  de  mutuo  afecto  entre dos  personas  a  la  simpatía universal  entre  todas  las  cosas  de  la  naturaleza.  La  causa  produce  el  efecto,   el  efecto reacciona sobre la causa y ambos se influyen  recíprocamente.  A  este  propósito  dice:  “El magnetismo es una fuerza desconocida, de naturaleza  celeste,  sumamente  semejante  a la  de  los  astros,  que  no  está  impedida  por  límite  alguno  de  espacio  o  tiempo...Toda criatura tiene  su  peculiar  potencia  celeste  y  está íntimamente  relacionada  con  el  cielo. Esta mágica  potencia  del   hombre   permanece latente   en  el   interior hasta  que  se actualiza  en  el  exterior.  Esta   sabiduría   y  poder   mágicos  están   dormidos,   pero   la sugestión   los   pone   en   actividad   y   se   acrecientan   a  medida   que  se  reprimen  las tenebrosas pasiones de  la carne...Esto  lo  consigue  el  arte  cabalístico,  que  devuelve  al alma  aquella  mágica  y  sin embargo  natural  energía  y  la  despierta  del  sueño  en  que   se hallaba sumida”.

Paracelso y Van Helmont reconocen el gran poder de la voluntad  durante  los  éxtasis  y dicen que “el espíritu  es  el  medio  del  magnetismo  y  está  difundido  por  todas  partes”,por  lo  que  la  pura  y  primieval  magia  no   ha   de  consistir  en  prácticas  supersticiosas  ni ceremonias vanas, sino en la imperiosa voluntad del hombre; pues “el alma  y  el  espíritu que  en  él  se  ocultan,  como  el  fuego  en  el  pedernal,  y  no  los  espíritus  celestes  ni infernales, dominan la naturaleza física.”Todos  los  filósofos  medioevales  profesaron  la  teoría  de   la  influencia sidérea  en  el hombre. A este propósito,  dice  Cornelio Agrippa: “Las  estrellas  constan  de  los  mismos elementos que  los  cuerpos  terrestres  y  por  esta  razón  se  atraen  recíprocamente  las ideas... Las influencias se ejercen tan sólo con auxilio del espíritu  difundido por  todo  el universo  en  armonía  con  los  espíritus  humanos. El que anhele adquirir  facultades sobrenaturales  debe  tener fe,  esperanza  y  amor...En todas  las  cosas  hay  un  oculto  y secreto poder de que dependen las maravillosas facultades mágicas. ”Las  modernas  teorías   del  general Pleasanton coinciden  con  las opiniones  de  los filósofos del  fuego; sobre  todo  la  referente  a  las  electricidades  positiva  y  negativa  del hombre  y  de  la  mujer y  a  la  atracción  y  repulsión  mutuas  de  todas  las  cosas   de   la naturaleza, que  parece  tomada  de  Roberto  Fludd,  gran maestre  de  los   rosacruces ingleses, quien  dice  a  este  propósito: “Cuando  dos  hombres  se  acercan uno  a  otro,  su magnetismo  es  pasivo–negativo   o   activo–positivo. Si las emanaciones de   ambos chocan  y  se  repelen,  nace  la  antipatía;  pero  cuando  se  interpenetran  sin  chocar,  el magnetismo es positivo, porque los rayos proceden del centro de  la circunferencia,  y  en este caso, no sólo influyen en las enfermedades,  sino  también  en  los  sentimientos.  Este magnetismo simpático  se  establece,  además  de  entre los  animales,  entre  éstos  y  las plantas”

Mesmer  en  sus  Cartas  a  un  médico  extranjero, entre otras proposiciones contienen las que siguen:1.ª Hay recíproca influencia entre los astros, la tierra y los seres vivientes. 2.ª El  medio  transmisor  de  esta  influencia  es  un  fluido  universal  y  unitónicamente difundido  por  todas  partes,  de  modo  que  no  consiente vacío  alguno,  cuya  sutilidad excede  a  toda  ponderación  y  que  por  su  naturaleza  es  capaz  de  recibir, propagar  y transmitir todas las vibraciones de movimiento. 3.ª Esta influencia recíproca está sujeta a leyes dinámicas desconocidas por ahora. Resulta, en consecuencia, que Stewart no dijo nada  nuevo al  decir  que  el  universo  era semejante a una enorme máquina. El profesor  Mayer  corrobora  la  opinión  de  Gilbert  acerca  de  que  la  tierra  es  un gigantesco imán,  y supone  que  su  potencial  depende  de  las  emanaciones del sol, pues varía misteriosamente en función de los movimientos terrestres de rotación  y  traslación y  en  simpatía  con  las  inmensas oleadas ígneas que  agitan  la  superficie  del  astro  solar, añadiendo que entre el sol y la tierra hay un sucesivo flujo y reflujo de influencias.

Pero  la  obra  citada  nos  da  los  mismos  conceptos   en  las  siguientes  proposiciones  de Mesmer: 4.ª De esta acción dimanan alternados efectos  que  pueden considerarse como  flujo  y reflujo. 6.ª Por este medio operante, el  más universal  de  cuantos  la  naturaleza  nos  presenta, se   establecen   las   relaciones   de   actividad entre los astros,   la   tierra  y  sus  partes constituyentes. 7.ª  De  esta  operación  dependen  las  propiedades  de  la  materia  así  inorgánica como organica. 8.ª El cuerpo animal experimenta  los alternados  efectos  de  este  agente  por  conducto de la substancia nerviosa que transmite su acción.

Ejemplo  de  ello  nos  da  Newton,  antorcha  de  la  ciencia, que creía  en  el  magnetismo  según  lo  enseñaron Paracelso, Van   Helmont  y  demás filósofos  del  fuego.  Nadie  negará que  la  teoría  newtoniana  de   la  gravitación  universal tiene  su  raíz  en  el  magnetismo, pues  él  mismo  nos  dice que fundaba todas  sus especulaciones científicas en el  “alma del  mundo”,en  el  universal y magnético  agente  a que denominó divinum sensorium. A  este  propósito  añade: “Hay  un  espíritu  sutilísimo que penetra todas las cosas, aun los cuerpos más duros, y está oculto en su  substancia. Por  virtud  de  la   actividad   y  energía  de  este  espíritu,  se  atraen  recíprocamente  los cuerpos y  se adhieren  al  ponerse  en  contacto. Por  él  los  cuerpos  eléctricos  se  atraen  y repelen desde lejanas distancias, y  la  luz  se  difunde,  refleja,  refracta  y  colora  los cuerpos.  Por  él  se  mueven  los  animales  y  se  excitan  los  sentidos.  Pero  esto no  puede explicarse en pocas palabras, porque  nos  falta  la  necesaria  experiencia  para determinarlas leyes que rigen la actividad operante de este agente.

Pero los antiguos, sabían que las relaciones interplanetarias son tan perfectas como las establecidas en los glóbulos de la sangre que, flotantes en el mismo fluido, reciben las combinadas influencias de todos los demás, al par que cada uno de ellos influye en todo.

Aunque  durante  nuestra  breve  estancia  en  la  tierra  pueda compararse  el   alma   a  una luz  puesta  debajo  del  celemín, no  deja  de  brillar por ello y de recibir  la  influencia de espíritus afines, de modo que todo pensamiento bueno o  malo  atrae vibraciones  de  su misma naturaleza, tan irresistiblemente. como el imán  atrae  las  limaduras  de  hierro,  en proporción  a  la  intensidad  de  las  vibraciones  etéreas  del  pensamiento;  y  así  se   explica que  un  hombre  se  sobreponga  imperiosamente  a  su  tiempo y  que  su  influencia  se transmita  de  una  a  otra  época  por  medio  de  las  recíprocas  corrientes  de  energía  entre los mundos  visible  e  invisible,  hasta afectar  a  gran parte  del  género humano.

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H.P.Blavatsky- Isis sin Velo- fragmentos

Hacia la perfección...




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La naturaleza nunca deja nada imperfecto, y si fracasa en el primer intento, lo reitera hasta triunfar. Cuando se desenvuelve un embrión humano, el plan de la naturaleza es que produzca un hombre físico, intelectual y espiritualmente perfecto. El cuerpo ha de nacer, crecer y morir; la mente ha de educirse, robustecerse y equilibrarse; el espíritu ha de iluminar mente y cuerpo de modo que con él se identifiquen. Todo ser humano ha de recorrer el "círculo de necesidad" para llegar al término de su perfección. Así como los rezagados en una carrera se afanan tan sólo al principio, mientras que el vencedor no para hasta alcanzar la meta, así también en la carrera del perfeccionamiento hay espíritus que se adelantan y llegan a la meta cuando los demás quedan detenidos por los obstáculos que les opone la materia. Algunos desdichados caen para no volverse a levantan y pierden toda esperanza de vencimiento, pero otros se levantan y empiezan de nuevo la carrera.


H.P. Blavatsky. fragmento de ISIS SIN VELO- Tomo 2

Enseñanzas de los Mahatmas


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Para demostrar la Ley eterna de que sólo el Espíritu liberado de toda traba verá las cosas del Espíritu sin un velo


KH

 Ningún  adepto  ha  penetrado más allá del velo de la materia cósmica. La más alta y perfecta visión está limitada al universo de forma y materia.

Créame en la vida de un adepto llega un momento en que todas las dificultades por las que ha pasado son mil veces recompensadas. Se le concede una instantánea e implícita percepción de toda verdad primordial.



El adepto ve, siente y vive en la misma fuente de todas las verdades fundamentales -la Esencia Espiritual Universal de la Naturaleza


K.H.

La  muerte  es  la  necesaria  disociación  de  combinaciones imperfectas.  Es  la  reabsorción  del  basto  contorno  de  la  vida  individual en la gran obra de la vida universal. Sólo es inmortal lo perfecto.  Es un baño en el olvido. Es la fuente de juventud en donde por un lado se sumerge la vejez y por el otro surge la infancia.  La   muerte  es  la  transfiguración   de   lo   viviente.   Los   cadáveres son las hojas secas del Árbol de la Vida que se vestirá de   nuevas   hojas   en   la   primavera.   La   resurrección   de   los  hombres se parece completamente a estas hojas

"¿Y los principios  sexto  y séptimo?"  A  lo que  respondo:  Ni  Atma  ni  Buddhi   estuvieron   jamás   en   el   interior del   hombre.

Plutarco,   apoyado   en   la   autoridad   de   Platón   y   Pitágoras,  enseñó  que  el  oiakonomos o nous permanece  siempre  fuera del cuerpo, esto es, que flota y planea, digámoslo así, sobre la   parte   extrema   de   la   cabeza   del   hombre.   Dice   Buda  que   únicamente  las  gentes  vulgares  creen  que  el  espíritu  está  en  su  interior,  y  así  habéis  de  libraros  por  completo  de  todos  los  elementos  transitorios  que  componen  el  cuerpo  para  que  vuestro  cuerpo llegue a ser permanente. Lo permanente nunca se infunde en lo impermanente" K.H.

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"En nuestra Fraternidad, todas las personalidades se funden en una idea única: el derecho abstracto y la absoluta práctica de la justicia para todos. Repetimos con Confucio: devolved bien por bien; para el mal: Justicia"
K.H

"Ahora el aspirante es asaltado totalmente por el lado psicológico de su naturaleza. La serie de pruebas a las que se somete -en Europa y en la India- es la del Raj-Yog y su resultado es el de poner en evidencia todo germen, bueno y malo, que haya en su temperamento. La regla es inflexible y nadie se libra. .." K.H

Usted, al igual que todos los principiantes, tiende a sacar conclusiones totalmente firmes a partir de insinuaciones parcialmente captadas, y a dogmatizar sobre ello como si se hubiera dicho la última palabra. Con el tiempo, se corregirá de esto. Usted puede comprendernos mal, es más que probable que lo haga así, pues nuestro lenguaje debe ser siempre, más o menos, el de la parábola y sugerencia, cuando se está pisando terreno prohibido. Nosotros tenemos nuestros modos peculiares de expresión, y lo que se encuentra más allá de las barreras verbales es más importante aún que lo que usted lee..." K.H.

Siempre ha sido así. Aquellos que han estado velando por el genero humano en el transcurso de los siglos de este ciclo, han visto repetirse constantemente los detalles de esta lucha a muerte entre la Verdad y el Error" 
Maestro K.H.

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Sólo la Naturaleza puede encarnar el Espíritu de la contemplación sin límites. Absorto en la absoluta auto-inconsciencia del yo físico, sumido en las profundidades del verdadero Ser, el cual no es un ser sino la Vida Eterna y Universal, toda su forma, tan inmutable y blanca como las perpetuas cumbres nevadas en Kailasa, donde se asienta, más allá de toda ansiedad, de todo dolor, más allá del pecado y de las cosas del mundo, un mendicante, un sabio, un sanador, el Rey de Reyes, el Yogui de Yoguis: tal es el Shiva ideal de los Yoga-Shastras, la culminación de la Sabiduría Espiritual...

Cuando el término se interpreta correctamente es, en un sentido,  El Espíritu Universal Omnipresente en el templo de la Naturaleza -en un caso, y el Séptimo principio, el Atman, en el templo, el hombre, -en el otro.

Avalokistevara implica el séptimo principio universal .... La palabra o Vach se consideraba el Hijo o la manifestación del eterno Ser y era adorado bajo el nombre de Avalokitesvara, el Dios Manifestado, es, a la vez, el Padre no manifestado y el Hijo manifestado.- 



K.H.
Cartas de los Mahatmas- fragmentos

EL LIBRO DE ENOCH

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El Libro  de  Enoch  se  ha  declarado  apócrifo.  Pero  ¿qué  es  un  apócrifo?. La etimología misma  de  la  palabra  muestra  que  es  sencillamente  un  libro  secreto, esto  es,  que pertenecía  al  catálogo   de   las   bibliotecas   de   los   templos   bajo    la   guarda de los Hierofantes  y  Sacerdotes  Iniciados,  y  que  no  fue  destinado  jamás  para  el  profano. Apócrifo viene del verbo crypto (crúptw)“ocultar”.  Durante  edades  el  Enoïchion, el Libro  del  Vidente,   fue   conservado  en   la   “ciudad  de  las  letras”  y  obras  secretas,  la antigua Kirjath–sepher, más tarde Debir. Algunos  de  los  escritores  interesados  en  el  asunto  (especialmente  los  masones)  han tratado de identificar  a  Enoch  con  Thoth  de  Memfis,  el  Hermes  griego,  y  hasta con  el Mercurio  latino.    Como  individuos, todos  éstos  son  distintos  uno  de  otro; profesionalmente (si podemos emplear esta  palabra  tan  limitada  ahora  en  su  sentido), todos pertenecen  a  la  misma  categoría  de  escritores  sagrados,  de  Iniciadores  y Recopiladores  de  Sabiduría  Oculta  y  antigua. Los  que  en  el   Korán  se llaman genéricamente los  Edris,  o “Sabios”,  los  Iniciados, llevaban  en  Egipto  el  nombre  de “Thoth”, el inventor  de  las  Artes y  de  las  Ciencias, de la escritura o de  las  letras; de  la Música  y  Astronomía.  Entre los  judíos,  Edris  se  convirtió   en  “Enoch”,  el  cual,  según Bar–Hebræus, “fue el primer inventor de la escritura”, de los libros, de las  Artes  y  de  las Ciencias, y el primero que redujo a un  sistema  el  progreso  de  los  planetas.  En Grecia fue llamado Orfeo, cambiando  así de  nombre  en  cada  nación.  Estando  el  número  siete relacionado con cada uno de estos Iniciadores primitivos, así como el número  365  de los  días  del  año,  astronómicamente,  esto  identifica  la  misión,  el  carácter  y  el  cargo sagrado de todos estos hombres, aunque ciertamente  no sus  personalidades. Enoch es el séptimo Patriarca; Orfeo es el poseedor del Phorminx, la lira de siete  cuerdas,  que  es el séptuple misterio de  la  Iniciación.  Thoth, con  el  Disco  Solar  de  siete  rayos  sobre  su cabezas  viaja  en  el  Barco  Solar  (los  365  grados),  aumentando  cada  cuatro  años  un  dí a (año  bisiesto).  Finalmente,  Toth–Lunus  es  el  Dios  septenario  de   los  siete  días,  o  la semana. Esotérica y espiritualmente, Enoïchion significa el “Vidente del Ojo Abierto”. La  historia  acerca  de  Enoch,  referida por  Josefo,  a  saber: que  había  ocultado  sus preciosos Rollos  o  Libros  bajo  los  pilares  de  Mercurio  o  Seth,   es   la  misma  que  se cuenta de  Hermes, el “Padre  de  la  Sabiduría”,  que  ocultó  sus  libros  de  Sabiduría  bajo una  columna,  y  luego,  descubriendo   las   dos   columnas  de   piedra,  encontró  la  Ciencia escrita en  ellas. Sin embargo,  Josefo,  a  pesar  de  sus  constantes  esfuerzos  en  pro  de  la inmerecida glorificación de Israel,  y  aunque  atribuye  esa  Ciencia  (o  Sabiduría)  al  Enoch judío, no  Israel,  y  no  obstante,  hace  historia. Habla   él   de   estas  columnas   como existiendo todavía  en  su  tiempo.  Nos  dice  que  fueron construidas  por  Seth,  y  así puede  haber  sido,  aunque  ni  por  el  Patriarca  de  este  nombre  (el fabuloso  hijo  de Adán),ni  por  el  Dios  de  la  Sabiduría  egipcio  –Teth,  Set,  Thoth,  Tat,   Sat   (el últimoSat–an), o Hermes, los cuales son todos uno– sino por los “Hijos  del  Dios–Serpiente”, o “Hijos  del  Dragón”, nombre  bajo  el  cual  eran conocidos  los  Hierofantes  de  Egipto   y Babilonia antes del Diluvio, como lo fueron sus antepasados, los Atlantes.Lo  que  Josefo  por  tanto  nos  dice,  exceptuando  la  aplicación que  hace  de  ello,  debe ser verdad alegóricamente. Según  su  versión,  las  dos   famosas   columnas  estaban enteramente cubiertas de jeroglíficos, los cuales, después de su  descubrimiento, fueron copiados  y  reproducidos  en  los  lugares  más  recónditos   de  los  templos  secretos  de Egipto,   y   se   convirtieron así   en   la   fuente    de    su  Sabiduría    y    conocimientos excepcionales. Estas  dos  “columnas”,  en  todo  caso,  son  los  prototipos  de  las  “dos tablas de piedra”, talladas por Moisés por orden del “Señor”.  De  aquí  que,  al  decir  que todos  los  grandes Adeptos  y  Místicos  de  la  antigüedad  (tales  como  Orfeo,  Hesiodo, Pitá tenga razón  en  un  sentido,  y  cometa  un error  en  otro.  La  Doctrina Secreta  nos  enseña que  las  Artes,  las  Ciencias,  la  Teología  y  especialmente  la  Filosofía  de  todas   las naciones que precedieron al último Diluvio universalmente conocido, pero  no  universal, habían  sido  registradas  ideográficamente  de  los  anales  orales  primitivos  de  la  Cuarta. Khanoch  o  Hanoch,  o  Enoch esotéricamente, significa  el  “Iniciador”  y  “Maestro”, así  como  Enos,  el Hijo del Hombre” Raza,  la  cual  los  había  heredado  de  la  primitiva  Tercera Raza–Raíz,  antes   de   la  Caída alegórica.  De  aquí,  también,  que  las  columnas  egipcias,  las  tablas,  y  hasta  la  “piedra blanca  de  pórfido  oriental ”de  la  leyenda  masónica  –la  cual  Enoch  ocultó  antes  del Diluvio en las entrañas  de  la  Tierra,  temiendo  que  los  verdaderos  y  preciosos  secretos se  perdiesen–  fuesen  simplemente  copias  más  o  menos  simbólicas  y  alegóricas  de  los Anales primitivos. 

El Libro de Enoch es una de  tales  copias; y  además,  es  un  compendio caldeo  ahora  muy  incompleto. Como  ya  se  ha  dicho,  Enoïchion significa  en  griego  el“Ojo Interno”o  el  Vidente;  en  hebreo,  con  la  ayuda  de  puntos  masotéricos,  significa  el“Iniciador” e “Instructor” (Krnc). Enoch es un  título  genérico;  y,  además,  su  leyenda  es  la de otros varios profetas, judíos y paganos, con diferencias de detalles recogidos, siendola  forma  fundamental  siempre  la  misma.  Elías  es  también  llevado  “vivo”  al  Cielo;  y  el Astrólogo  de  la  corte  de  Isdubar,  el  Hea–bani  caldeo, es  igualmente elevado  al  Cielo por el Dios Hea, que era supatrón, como Jehovah lo era de Elías, cuyo nombre  significa en hebreo  “Dios–Jah”,  Jehovah   (hyla),   y   también   de  Elihu, que tiene   el   mismo significado. Esta   clase   de   muerte   fácil,   o   eutanasia, tiene   un   sentido  esotérico. Simboliza  la  “muerte”  de  cualquier  Adepto  que  ha  alcanzado  el  poder  y  el  grado,  así como  la  purificación,  que  le  permite  “morir”  en  el  Cuerpo Físico  y  seguir  empero viviendo con vida consciente en su Cuerpo  Astral.  Las  variaciones  sobre  este  tema  no tienen fin, pero el significado secreto  es siempre  el  mismo.  La  expresión  de  Pablo de“que  él  no  vería  la  muerte”  (ut non videret  mortem), tiene por tanto   un   sentido esotérico, pero  nada  de sobrenatural. La  maltrecha  interpretación  que  se  da  a  algunas alusiones bíblicas al efecto de que Enoch, “cuya edad igualará  a  la  del  mundo”  (del  año solar de  365  días),  compartirá  con  Cristo  y  el  profeta  Elías  los  honores  y  la  dicha  del último Advenimiento y de la destrucción del Anticristo significa, esotéricamente, que algunos de los Grandes Adeptos volverán en la  Séptima  Raza,  cuando  todo  error haya sido  desvanecido,  y  el  advenimiento  de  la  VERDAD sea   proclamado   por   aquellos Shishta, los santos “Hijos de la Luz”. La Iglesia latina no es siempre lógica, ni prudente. Declara apócrifo el Libro  de  Enoch,  y ha  ido  hasta  pretender  por  medio  del  Cardenal  Cayetano  y  otras  lumbreras  de  la Iglesia, la repudiación del Canon del mismo Libro de Judas, quien, por otra  parte,  como apóstol inspirado, hace  citas  del  Libro  de  Enoch,  que  se  considera  como  una  obra apócrifa, santificándolo  de  este  modo. Afortunadamente,  algunos  de  los  dogmático spercibieron  el  peligro  a  tiempo. Si  hubiesen  aceptado  la  decisión  de  Cayetano,  se hubieran visto obligados a  rechazar también el Cuarto Evangelio; pues  San  Juan  toma literalmente de Enoch toda una sentencia, que pone en boca de Jesús Ludolf,   el   “padre   de   la   literatura   etíope”,  encargado   de  investigar   los   diversos manuscritos Enochianos presentados  por  Pereisc,  el  viajero,  a  la  biblioteca Mazarine declaró que ¡”entre los abisinios no podía haber ningún Libro  de  Enoch”! Investigaciones y    descubrimientos    posteriores    echaron    por    tierra    esta    afirmación demasiado dogmática, como  todos  saben.  Bruce  y   Ruppel  encontraron  el  Libro de  Enoch en Abisinia, y lo que es más, lo trajeron a Europa unos años después, y  el  obispo  Laurence lo  tradujo.  Pero  Bruce  despreciaba  su  contenido  y  se  burlaba  de  él;  como  hicieron todos los demás hombres de ciencia. Declaró él que era una obra gnóstica referente a  la Época de los Gigantes que  devoraban  hombres  y  que  tenía  una  gran semejanza  con  el Apocalipsis . ¡Los Gigantes! ¡Otro cuento de hadas! Pero  no  fue  ésta,  sin embargo,  la  opinión  de  todos  los  mejores críticos. El  doctor Hanneberg coloca  al  Libro  de  Enoch  en el mismo  lugar  que  el  Libro Tercero  de  los Macabeos, a la cabeza de la  lista de aquellos cuya  autoridad  se  halla  más  cerca  a  la  de las obras canónicas. Verdaderamente, “¡cuando los doctores no están de acuerdo...!” Como  de  costumbre,  sin embargo,  todos  tienen razón  y  todos   se  equivocan.   El aceptar a Enoch como un carácter bíblico, como una persona sola viva, es lo  mismo  que aceptar  a  Adán  como  el  primer  hombre. Enoch  fue  un  término genérico aplicado  a docenas de individuos, en todos tiempos y épocas, y en toda raza y  nación.  Esto  puede inferirse fácilmente del  hecho  de  que  los  antiguos  talmudistas  y  los  maestros   de Midrashismo  no  están  generalmente  de  acuerdo  en  sus  opiniones sobre Hanokh,  el Hijo de Yered. Algunos dicen que  Enoch  fue  un  gran Santo,  amado  de  Dios  y  “llevado vivo  al  cielo”, esto  es,  que  alcanzó  Mukti  o  el  Nirvâna  en  la  Tierra,  como  lo  hizo Buddha  y  lo  hacen  otros  aún;  y  otros  sostienen que  fue  un  brujo,   un  mago  malvado. Esto  muestra  que  “Enoch”, o  su  equivalente,  era  un  término,  aun  en  los  días  de  los últimos talmudistas, que significaba “Vidente”,  “Adepto  de  la  Sabiduría  Secreta”,  etc., sin ninguna especificación del carácter del portador del título. Josefo, hablando  de  Elíasy de Enoch observa que: Está escrito en los libros sagrados que desaparecieron ellos [Elías  y  Enoch], pero  de  mod oque nadie sabía que hubieran muerto  Lo   cual   significa sencillamente que habían   muerto   en   sus  personalidades;   como mueren los Yogis hasta hoy en la India, y aun algunos monjes cristianos para  el  mundo. Desaparecieron ellos de la vista de los hombres y murieron (en el plano  terrestre)  hasta para  sí  mismos.  Esto  parece  un  modo   figurado   de  hablar,   pero,   sin embargo,   es literalmente verdad.“Hanokh  comunicó  a  Noé   la ciencia del cálculo (astronómico)  y  del  cómputode    las    estaciones”,  dice    el Pirkah de Midrash, atribuyendo R. Eliezar a Enoch lo que otros atribuyeron a Hermes Trismegisto; pues  los dos  son idénticos  en su sentido esotérico.  En este  caso“Hanokh”   y   su   “Sabiduría” pertenecen al  ciclo  de la Cuarta  Raza  Atlante,  y  Noé  al de la Quinta.  En  este sentido  ambos  representan Razas  Raíces:  la  presente  y   la que   le  precedió. En otro sentido, Enoch   desapareció,“se  fue  con  Dios,  y  no  existió más  porque   Dios  se  lo  llevó”; refiriéndose la alegoría a la  desaparición  del  Conocimiento  Sagrado  y  Secreto  de  entre los hombres; pues “Dios” (o Java–Aleim, los altos Hierofantes,  los  jefes  de  los Colegios de  Sacerdotes  Iniciados) se  lo  llevaron  consigo;  en  otras  palabras, los  Enoch  o  los Enoïchions,  los  Videntes  y  su  Conocimiento  y  Sabiduría, confináronse estrictamente  a los Colegios Secretos de los Profetas, para los judíos, y a los Templos para los gentiles.  El Zohar dice: “Hanokh tenía un libro que era uno con  el Libro  de  las  Generaciones  de  Adán; éste  es  el Misterio de la Sabiduría”. Noé  es  heredero  de  la  sabiduría  de  Enoch;  en  otras  palabras,  la  Raza  Quinta  es  la  heredera  de  la Cuarta.  Enoch, interpretado con sólo la ayuda de la clave simbólica, es el tipo de  la  naturaleza doble del hombre, espiritual y física. "


fragmento de DOCTRINA SECRETA
H.P. BLAVATSKY

Sobre el Mito del Diluvio Universal



El “Diluvio” es, innegablemente, una tradición universal. Los “Períodos  Glaciales”fueron numerosos,  y  lo  mismo  los   “Diluvios”,  por   varias   razones.  Stockwell  y  Crolle numeran una media  docena  de Períodos Glaciales  y  Diluvios  subsiguientes,  habiendo tenido  lugar  el  primero,  según  ellos,  hace  850.000  años,  y  el  último  100.000.337. Mas ¿cuál  fue  nuestro Diluvio?  El  primero,  seguramente;  aquel  que  hasta  esta  fecha  sigue consignado  en  las  tradiciones  de  todos  los  pueblos,  desde  la  más  remota  antigüedad;el que barrió finalmente las últimas penínsulas de la  Atlántida,  principiando  con  Ruta  y Daitya, y concluyendo con la isla, comparativamente  pequeña,  mencionada por Platón. Esto lo prueba la concordancia que se observa  en  todas  las  leyendas  respecto  a  ciertos detalles.  Fue  el  último  de  su  gigantesca  escala.  El  pequeño  diluvio,   cuyas   huellas encontró en el Asia Central el  Barón  de  Bunsen,  y  que  él  hace  remontar  a  10.000 años antes de Jesucristo aproximadamente, nada tuvo que ver con el Diluvio semi–universal, o   Diluvio   de   Noé   (siendo   el   último   una   versión   puramente  mítica   de   antiguas tradiciones),  ni  siquiera  con  la  sumersión  de  la  última  isla  Atlante;  o,  al  menos,  sólo tiene con ellos una conexión moral.

Conocían los   antiguos   acerca   de   los   “descubrimientos   modernos”,   de   la  ciencia. Hablando  Enoch  de  la  gran  inclinación  de  la  Tierra”, que  “está  de  parto”,   es  muy significativo y claro. ¿No es esto evidente? Nuah  es  Noé,  en  su  arca  flotando sobre  las  aguas; siendo aquélla  el emblema del  Argha,  o  la  Luna,  el  Principio femenino; Noé  es  el  “Espíritu”  cayendo  en  la Materia. En cuanto toca Tierra, le vemos plantar una viña, beber el vino y embriagarse con  el mismo,  es  decir,  el  Espíritu  se  embriaga  en  cuanto queda finalmente prisionero   de   la Materia.  El  séptimo  capítulo  del  Génesis es sólo  otra  versión  del  primero.  Así,  mientras leemos en el último: “y las tinieblas cubrían la superficie del abismo, y  el  Espíritu  de  Dios  se movía sobre las aguas”,  el primero dice:  “y  las  aguas prevalecieron...;  y  el  arca  (con  Noé,  el Espíritu)  iba  sobre  las  aguas”. Así, pues, Noé,  si  es   idéntico   al  Nuah caldeo,  es  el  Espíritu vivificando  a  la  Materia,  que  es  el  Caos,  representado  por   el  océano,  o  las  Aguas  del Diluvio. En la leyenda babilónica (el acontecimiento  precósmico  mezclado con  el  terrestre), Istar  (Ashteroth  o  Venus,  la  Diosa  lunar),  es  la  que  está  encerrada  en  el  arca  y  suelta  una paloma en busca de tierra firme. George Smith observa en las “Tablas”, primero la creación de la Luna, y  después  la  del  Sol. “Su belleza y perfección se ensalzan, así como  la  regularidad  de  su  órbita,  que  fue  causa  deque la considerase como tipo de un juez, y regulador  del mundo”.  Si  esta  fábula  se  refiriese simplemente a un cataclismo cosmogónico, aun cuando éste fuese universal, ¿por qué habría de hablar la Diosa Istar o Ashteroth, la Luna, de la creación del Sol después  del  diluvio?  Las aguas pueden haber llegado hasta la cumbre  de  la  montaña  de  Nizir  de  la  versión  caldea,  o de las Jebel Djudi, las montañas diluvianas  de  la  leyenda  árabe,  o  también  del Ararat  de  la narración bíblica, y aun de los Himalayas de la tradición inda, y sin embargo,  no  llegar  hasta el Sol;  ¡la  Biblia misma  se  detuvo ante  semejante  milagro!  Es  evidente  que  el  diluvio tenía para  las  gentes  que  fueron  las  primeras   en   registrar   el   hecho, otro  significado  menos problemático y mucho más filosófico que el de un diluvio universal, del que  no  se  encuentra ningún rastro geológico. Como  todos  esos  cataclismos  son  periódicos  y  cíclicos,  y  como  el  Manu  Vaivasvata representa un carácter genérico, bajo varias circunstancias  y  acontecimientos,  no  parece existir  objeción  seria  alguna  para  suponer  que  tuviese  el  primer “gran diluvio”   un significado tanto alegórico como  cósmico,  y  que  ocurriese  al  fin del  Satya  Yuga,  la“Edad  de  la  Verdad”,  cuando  la  Segunda  Raza–Raíz,  “el Manu con huesos”,  hizo  su primera aparición como los “Nacidos del Sudor”. El Segundo Diluvio, el  llamado   “universal”,  que   afectó   a   la   Cuarta   Raza–Raíz, considerada ahora con razón por la teología como “la  raza  maldita de los gigantes”, los Cainitas, y los “hijos de Ham”, es el diluvio que percibió primeramente la geología. Si comparan  con  cuidado  las  relaciones  de  las  diversas  leyendas  caldeas  y  otras  obras exotéricas  de  las  naciones,  se  verá  que  todas  ellas  concuerdan  con  las  narraciones ortodoxas  dadas  en  los  libros  Brahmânicos.  Y  podrá  observarse  que   mientras  en  el primer relato “no existe  todavía  Dios  ni  mortal  alguno  sobre  la  Tierra”,  en  la  segunda vemos que cuando Manu Vaivasvata aborda  al Himaván, [Himalayas],  fue  permitido  a los Siete Rishis tenerle compañía; demostrándose  así  que  mientras  algunas  narraciones se refieren  al  Diluvio  Sideral  y   Cósmico  anterior  a  la  pretendida  “Creación”, las  otras tratan,  una  del  Gran Diluvio  de  la  Materia  sobre  la  Tierra  y  la  otra  de  un  verdadero diluvio.  En  la  Shatapatha Bráhmana, observa  Manu  que  el  Diluvio  ha  destruido  a todos los seres vivientes, y que  él solo  ha  sido  preservado,  es decir, sólo el germen  de la vida escapó  a  la  Disolución  anterior  del  Universo,  o  Mahâpralâya,  después  de  un“Día de Brahmâ”; y el Mahâbhârata se refiere  simplemente  al cataclismo geológico  que destruyó casi enteramente  a  la  Cuarta  Raza  para  dejar  puesto  a  la  Quinta.  Por  esto nuestra  Cosmogonía   Esotérica   presenta    al   Manu   Vaivasvata   bajo   tres   atributos distintos: a)como el “Manu–Raíz”, sobre el Globo A, en la Primera  Ronda; b) como  el“Germen  de  Vida”  sobre  el  Globo  D,  en  la  Cuarta  Ronda:  y  c) como  el  “Germen  del Hombre”,  al  principio  de  cada  Raza–Raíz,  especialmente  en  nuestra  Quinta  Raza.  El principio mismo de esta última presenció durante el Dvâpara Yuga

De aquella  isla  [Platón  habla  tan sólo  de  su  última  isla], más allá  de  las  Columnas  de Hércules,  en  el  Océano Atlántico,  desde  la  que existía  un  paso  fácil   a  otras   islas   en  la proximidad de otro gran continente [América]. Esa Tierra “Atlántica” es la que estaba unida  con  la  “Isla  Blanca”,  y  esta  Isla  Blanca  era Ruta;  pero  no  era  el  Atala  y  el  “Diablo  Blanco” del Coronel  Wilford,  como  ya  se  ha mostrado. Convendrá observar aquí que,  según  los  textos sánscritos,  el  Dvâpara  Yugadura  864.000  años;  y  que  si  sólo  principió  el  Kali  Yuga  hace  cosa  de  5.000  años,  han transcurrido  exactamente  869.000  desde  que  ocurrió  aquella  destrucción;  por  otra parte,  estas  cifras  no  difieren  mucho  de  las  presentadas  por  los  geólogos,  que  hacen remontar su Período Glacial a 850.000 años atrás.


Doctrina Secreta
H.P. Blavatsky