Astrología esotérica

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La Astrología Primitiva estaba muy lejos y por encima de la moderna Astrología judicial, así llamada, pues los guías (los Planetas y los signos Zodiacales) están por encima de los postes de luz. Berosus muestra la soberanía sideral de Bel y Mylitta (Sol y Luna), y solo «los doce señores de los Dioses Zodiacales» los «treinta y seis Dioses Consejeros» y las «veinticuatro Estrellas,  jueces  de  éste  mundo»,  que  soportan  y  guían  el  Universo  (nuestro  sistema  solar),  vigilan a los mortales y revelan a la humanidad su destino y sus propios decretos. La Astrología Judicial como se le conoce ahora, es correctamente y denominada por la Iglesia Latina como todo  estudiante  de  Ocultismo  sabe  que  los  cuerpos  celestiales  están  cercanamente  relacionados durante cada Manvantara con la humanidad de ese ciclo especial; y hay algunos que  creen  que  todo  gran  personaje  nacido  durante  ese  periodo  tiene  –como  todo  otro  mortal tiene, solo en un grado mucho más fuerte– su destino delineado dentro de su propia constelación o estrella, trazado como una profecía propia, una anticipada autobiografía, por el  Espíritu  que  habita  en  el  interior  de  esa  estrella  en  particular.  La  Mónada  humana  en  su  primer principio es ese Espíritu, o el Alma de esa estrella (Planeta) mismo. Como nuestro Sol irradia su luz y rayos sobre todo cuerpo en el espacio dentro de los límites de su sistema, así el  Regente  de  cada  Planeta-estrella,  el  Progenitor-mónada,  dispara  de  sí  mismo  la  Mónada  de todo «peregrino» Alma nacida bajo su casa dentro de su propio grupo. Los Regentes son esotéricamente  siete,  ya  sea  en  los  Sefirotes,  los  «Ángeles  de  la  Presencia»,  los  rishis,  o  los  Amshaspends. «El Uno no es un número» es dicho en todas las obras esotéricas. De  los  Kasdim  y  Gazzim  (Astrólogos)  la  antigua  noble  ciencia  pasó  a  los  Khartumim  Asaphim  (o  Teólogos)  y  los  Hakamim  (o  científicos,  los  Magos  de  la  clase  más  baja),  y  de  aquí  a  los  Judíos  durante  su  cautiverio.

Los  Libros  de  Moisés  han  sido  enterrados  en  el  olvido por siglos, y cuando fueron redescubiertos por Hilkiah habían perdido su verdadero sentido para el pueblo de Israel. La Primitiva Astrología Oculta estaba en decadencia cuando Daniel, el último de los Judíos Iniciados de la vieja escuela, se convirtió en el jefe de los Magi y Astrólogos de Caldea. En aquéllos días incluso Egipto, que tenía su sabiduría de la misma fuente como Babilonia, había degenerado de su antigua grandeza, y su gloria había empezado a  desvanecerse.  Todavía,  la  ciencia  de  la  antigüedad  había  dejado  su  eterna  impresión  sobre  el mundo, y los siete grandes Dioses Primitivos reinaron por siempre en la Astrología y en la división del tiempo de toda nación sobre la faz de la tierra. Los nombres de los días de nuestra semana (Cristiana) son los de los Dioses de los Caldeos, quienes los tradujeron de los de los Arios;  la  uniformidad  de  estos  nombres  antidiluvianos  en  toda  nación,  de  los  Goths  hasta  los  Indios,  permanecería  inexplicable,  como  Sir.  W.  Jones  pensó,  no  había  sido  explicado  el  rompecabezas  a  nosotros  por  la  invitación  hecha  por  los  oráculos  Caldeos,  registrado  por  Porfirio y citado por Eusebio Esto  es  ligeramente  erróneo.  Grecia  no  recibió  su  instrucción  astrológica  de  Egipto  o  de  Caldea, sino directamente de Orfeo, como Luciano nos dice ( NOTA : Peri tes astrologies, 11. FINAL NOTA). Fue Orfeo, como él dice, quien impartió las Ciencias Indias a prácticamente todos los grandes monarcas de la antigüedad; y fueron ellos, los antiguos reyes favorecidos por los Dioses Planetarios, quienes registraron los principios de la Astrología –como Ptolomeo hizo, por ejemplo. Así Lucio escribe: El Boeotian Tiresias adquirió la gran reputación en el arte de predecir el futuro... En aquéllos días  la  adivinación  no  era  tratada  a  la  ligera  como  es  ahora;  y  nada  fue  nunca  emprendido  sin  consultar primero a los adivinos, de quienes sus oráculos eran todos dirigidos por la astrología... En Delfos la virgen comisionada a anunciar el futuro era el símbolo de la Virgen Celestial... y Nuestra Señora. Sobre los sarcófagos de un Faraón Egipcio, Neith, madre de Ra, la vaquilla que trae al Sol, su  cuerpo  salpicado  de  estrellas,  y  vistiendo  los  discos  solar  y  lunar,  es  igualmente  referida  como la «Virgen Celestial» y «Nuestra Señora de la Bóveda Estrellada». La Astrología Moderna judicial en su forma actual empezó solo durante el tiempo de Diodoro, como él informa al mundo ( N O TA : Biblioteca Histórica, Lib. II. FINAL NOTA). Pero se creyó en la Astrología Caldea por la mayoría de los grandes hombres en la Historia, tales como  Cesar,  Plinio,  Cicerón  –de  quienes  sus  mejores  amigos,  Nigidius  Figulus  y  Firmanus  Tarutius,  eran  ellos  mismos  Astrólogos,  el  anterior  siendo  famoso  como  un  profeta.  Marco  Antonio nunca viajó sin un Astrólogo recomendado a él por Cleopatra. Augusto, cuando ascendió al trono, tenía su horóscopo dibujado por Teógenes. Tiberio descubrió aspirantes a su trono por medio de la Astrología y la adivinación. Vitelio se atrevió a no exiliar a los Caldeos, ya que habían anunciado el día de su destierro así como el de su muerte. Vespasiano los consultó diariamente; Domiciano no se movía sin ser aconsejado por los profetas; Adriano mismo fue un docto Astrólogo; y todos ellos, terminando con Juliano (llamado el Apostata porque él no se convertiría en uno), creyeron en, y dirigieron sus plegarias a, los «Dioses» Planetarios. El Emperador Adriano ( NOTA : Deletreo alternativo: Hadrian. FINAL NOTA), además, «predijo de las Calendas de Enero a Diciembre 31, todo evento que le pasó a él diariamente». Bajo  los  más  sabios  emperadores  Roma  tuvo  una  escuela  de  Astrología,  en  donde  secretamente  se  enseñaron  las  ocultas  influencias  del  Sol,  Luna,  y  Saturno.  (NOTA:  Todos  estos particulares pueden ser encontrados más completos en el Egipto Moderno de Champo-llion-Figeac, p. 101. FINAL NOTA) La Astrología Judicial es usada hasta estos días por los Kabalistas; y Éliphas Lévi, el moderno Magus Francés, enseña sus rudimentos en su Dogma y Ritual de la Alta Magia. Pero la llave para la Astrología ceremonial y ritualística, con los teraphim y los urim y thummim de la Magia, está pérdida para Europa. Por lo tanto nuestro siglo de Materialismo se encoge de hombros y ve en la Astrología a un hipócrita. No todos los científicos se mofan de ello, sin embargo, y uno puede regocijarse al leer en el Musée des Sciences las sugestivas y justas observaciones hechas por Le Couturier, un hombre de  ciencia  de  no  mala  reputación.  Él  piensa,  es  curioso  notar,  que  mientras  las  atrevidas  especulaciones de Demócrito son encontradas justificadas por Dalton,...los  ensueños  de  los  alquimistas  están  además  en  camino  de  cierta  rehabilitación.  Ellos  recibieron  vida  renovada  de  las  minuciosas  investigaciones  de  sus  sucesores,  los  químicos;  una cosa muy remarcable de hecho es ver cuánto los descubrimientos modernos han servido a justificar, últimamente, las teorías de la Edad Media del cargo de absurdas colocado a su puerta. Así, si, como ha demostrado el Cnel. Sabine, la dirección de una pieza de metal, colgada unos cuantos pies por encima del suelo, puede ser influenciada por la posición de la luna, de quien su cuerpo está a una distancia de 240.000 millas de nuestro planeta, quién podría entonces acusar de extravagancia la creencia de los antiguos astrólogos [o modernos, también] en la influencia de las estrellas sobre el destino humano (NOTA: Le Musée des sciences, p. 230, como lo cita de Mirville, Des Esprits IV, 85-86. FINAL NOTA).

H.P.Blavatsky

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