EL PRINCIPIO DIVINO

La  contestación  es  difícil  de  comprender,  a  menos  de  conocer   bien   la   metafísica filosófica de una serie sin principio ni fin de Renacimientos Cósmicos,y de  posesionarse bien  y  familiarizarse  con  esa  ley  inmutable  de  la  Naturaleza  que  es  el  MOVIMIENTO ETERNO,  cíclico  y  espiral,  y  por  tanto,  progresivo,  aun  en  su  aparente   retroceso.   El principio Divino único, el AQUELLO innombrable de los Vedas, es  el  Total  Universal,  el cual   no   puede    estar   en   “Absoluto   Reposo”,   ni   en  sus   aspectos   y   emanaciones espirituales  ni  en  sus  Átomos  físicos,  excepto  en  las  Noches  de  Brahmâ.  De  aquí también que los “Primogénitos” los constituyen aquellos  que  son  los  primeros puestos en movimiento al principio de un Manvantara, y,  por  tanto,  los  primeros  en  caer  en  las esferas inferiores de la materialidad. Los  llamados  en  la  Teología  los  “Tronos”,  que  son el “Asiento  de  Dios”,  deben  ser  los  primeros  hombres  que encarnan  en  la  Tierra;  y  se hace  comprensible,  si  tenemos  en  cuenta  la  serie  sin  fin  de  pasados  Manvantaras,  que el último tenía que venir el primero, y el primero el último. Vemos, en una palabra, que los Ángeles superiores habían  atravesado,  innumerables evos  antes,  los   “Siete Círculos”, arrebatándoles así el Fuego Sagrado; esto significa, en claras palabras,  que  se habían  asimilado  en  pasadas  encarnaciones, tanto   en   Mundos   inferiores como   en superiores, toda  la  sabiduría  de  los  mismos:  la  reflexión  de  MAHAT  en  sus  diversos grados de intensidad. 

Ningún Ser,  ya  sea angélico  o  humano,  puede  alcanzar  el  estado de  Nirvâna,  o  de  pureza  absoluta, sino  por  medio  de   evos   de  sufrimiento  y  del conocimiento del  MAL  así  como  del  bien,  toda  vez  que  de  otro   modo   el  último permanecería incomprensible. Entre   el   hombre   y   el   animal –cuyas   Mónadas,   o  Jîvas,   son  fundamentalmente idénticas–  existe  el  abismo  infranqueable  de  la  Mentalidad  y  de  la  conciencia  de  sí mismo. ¿Qué es  la mente humana  en  su  aspecto  superior?  ¿ De  dónde  procede, si  no es  una  parte  de  la  esencia  –y  en  algunos  casos  raros  la  encarnación,  la  esencia  misma –de un Ser superior; de un Ser de  un plano  superior  y  divino?  ¿ Puede  el  hombre  –Dios con forma animal– ser producto de la Naturaleza  Material  sólo  por  la  evolución,  como sucede con el animal (que difiere del hombre en la forma externa, pero  en  modo  alguno en los materiales de su constitución física, y el cual está animado por la misma Mónada aunque sin desarrollo), cuando  se  ve que  las  potencias  intelectuales  de  ambos  difieren como el sol difiere del gusano de luz?  ¿Y  qué  es  lo  que  ocasiona  semejante diferencia, a menos que el hombre sea un animal más un Dios viviente dentro de  su corteza física? Detengámonos y hagámonos  seriamente  la  pregunta,  sin   tener en  cuenta  las vaguedades y sofismas de las ciencias materialistas y psicológicas  modernas."


Doctrina Secreta-fragmentos
H.P. BLAVATSKY

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