La Voz del Silencio-texto tibetano-II


"EL CONOCIMIENTO DE SÍ MISMO
ES HIJO DE LAS BUENAS OBRAS"


Sabe que si quieres llegar a ser cooperador de Amitabha, la "Edad sin fin", debes a manera de los Bodhisattvas-gemelos, difundir la luz adquirida, sobre toda la extensión de los tres mundos.

Sabe que la corriente del conocimiento sobrehumano y de la sabiduría Dévica que has adquirido, debe, desde ti mismo, ser vertida en otro cauce.

Sábelo, tú del Sendero secreto; sus frescas y puras aguas tienen que servir para endulzar las olas amargas del Océano, aquel inmenso mar de dolores formado de lágrimas humanas.

Condenado por ti mismo a vivir durante los venideros Kalpas, inadvertido para el hombre y sin que te lo agradezcan; incrustado como una piedra entre las otras innumerables piedras que forman el "Muro protector", tal es tu porvenir si pasas por la séptima puerta. Construido por las manos de numerosos Maestros de Compasión, levantado con sus tormentos, cimentado con su sangre, protege a la humanidad desde que el hombre es hombre, escudándole contra nuevas miserias y sufrimientos mucho mayores.

Con todo, el hombre no lo ve, ni lo percibirá, ni querrá escuchar la palabra de la Sabiduría.... porque no lo conoce.

Mata tus deseos, reduce tus vicios a la impotencia, antes de dar el primer paso en el solemne viaje.

Ahoga tus pecados, enmudécelos para siempre, antes de levantar un pie para subir la escala.

No creas que pueda extirparse la concuspiscencia satisfaciéndola o saciándola, pues esto es una abominación inspirada por Mara. Alimentando el vicio es cómo se desarrolla y adquiere fuerza, a la manera del gusano que se ceba en el corazón de la flor.

Antes que el alma pueda ver, debe haberse alcanzado la Armonía interior, y los ojos carnales han de estar cegados a toda ilusión.

Antes de que el alma pueda oir, es necesario que la imagen (hombre) se vuelva tan sorda a los rugidos como a los susurros, a los bramidos de los elefantes furiosos, como al zumbido de la dorada mosca de fuego. (calumnias o alabanzas)

Antes de que el alma sea capaz de comprender y recordar, debe estar unida con el Observador silencioso, de igual modo que la forma en la cual es modelada la arcilla, lo está al principio con la mente del alfarero.

Porque entonces oirá y recordará. Y entonces al oído interno hablará...


 fragmentos de: La Voz del Silencio-texto tibetano 
recopilado por H.P.Blavatsky

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